Al pedirle a Matías que nos conceda un reportaje para nuestro programa radial, hemos encontrado una gran historia de vida que nos parece importante compartir en nuestro blog, sobre todo, por la manera en que Dios obró y llevó adelante su propósito en él. Aquí compartimos entonces su testimonio:
“De niño, fui abandonado por mi madre. Esa fue una etapa muy difícil para mí, ya que dada esta circunstancia mi papá trabajaba mucho. Por esta razón, yo estaba solo durante todo el día, y me iba a la calle. Observando este panorama, mi abuela comenzó a intervenir en mi crianza y recuerdo que ella vivía involucrada en la brujería junto a gran parte de mi familia.
Desde los 11 años y hasta los 23 fui un chico “de la calle”. Teniendo casa, me gustaba vivir así. Salía un miércoles de mi casa y volvía, por ejemplo, un lunes.
Desde los 11 años y hasta los 23 fui un chico “de la calle”. Teniendo casa, me gustaba vivir así. Salía un miércoles de mi casa y volvía, por ejemplo, un lunes.
En ese lapso de días, nadie sabía dónde estaba ni qué me encontraba haciendo. La triste realidad, era que vagaba perdido en las calles.
Me acuerdo que en un momento me pregunté: "..Si mi mamá volviera ¿La podré perdonar?.."
Me acuerdo que en un momento me pregunté: "..Si mi mamá volviera ¿La podré perdonar?.."
En ese momento, escuché una voz que me decía: "..Tenés que perdonar a tu mamá cuando algún día vuelva a tu casa.."
Aún en esta condición, siempre había gente que al verme me hablaba de Jesús. El problema era que yo nunca les daba importancia, creía que Dios estaba muy lejos de mi realidad.
Aún en esta condición, siempre había gente que al verme me hablaba de Jesús. El problema era que yo nunca les daba importancia, creía que Dios estaba muy lejos de mi realidad.
La situación fue así hasta que asistí a una iglesia que había en la esquina de mi casa, allí tuve un encuentro con Dios que me llevó a decirle: "..Señor, si verdaderamente existís, te quiero conocer.." Automáticamente cuando dije eso, se acercó a mí un hermano que sin siquiera conocerme me habló de Cristo. En ese momento, me quebranté y pude sentir Su presencia. Este hermano me recalcó que busque una iglesia en la que me pueda congregar. Así llegue a este lugar, hace cinco años que estoy en el Centro Evangelístico “Cristo es la Respuesta”.
Hoy le doy gracias a Dios porque pude conocerlo, porque siempre El estuvo pensando en mí. La verdad es que tengo tantas cosas que contar. Hoy puedo decir que soy otra persona, Dios me dio un hogar, una esposa y un precioso hijo. Jamás pensé que tendría una familia, pensar que yo esta en la calle y jamás creí que el Señor me daría lo que hoy tengo.
Además, hoy puedo agradecer a Dios porque después de varios años, mi mamá volvió a mi casa. La pude perdonar y ahora la amo con todo mi corazón. Siempre estoy orando por mi familia que no es cristiana creyendo en la promesa del Señor que dice: “..Serás salvo tu y toda tu casa.."
Realmente, Dios me libró de muchas cosas, hasta de la misma muerte. Siendo pequeño, entraron a robar a mi casa. Uno de los ladrones me quería matar pero hoy entiendo que Dios no lo permitió.
Creo que Dios me eligió desde el vientre de mi madre, me guardó y me libró de muchas cosas malas y en este momento de mi vida, solo me resta decirle, ¡Gracias Señor, por tanta bendición!
Hoy le doy gracias a Dios porque pude conocerlo, porque siempre El estuvo pensando en mí. La verdad es que tengo tantas cosas que contar. Hoy puedo decir que soy otra persona, Dios me dio un hogar, una esposa y un precioso hijo. Jamás pensé que tendría una familia, pensar que yo esta en la calle y jamás creí que el Señor me daría lo que hoy tengo.
Además, hoy puedo agradecer a Dios porque después de varios años, mi mamá volvió a mi casa. La pude perdonar y ahora la amo con todo mi corazón. Siempre estoy orando por mi familia que no es cristiana creyendo en la promesa del Señor que dice: “..Serás salvo tu y toda tu casa.."
Realmente, Dios me libró de muchas cosas, hasta de la misma muerte. Siendo pequeño, entraron a robar a mi casa. Uno de los ladrones me quería matar pero hoy entiendo que Dios no lo permitió.
Creo que Dios me eligió desde el vientre de mi madre, me guardó y me libró de muchas cosas malas y en este momento de mi vida, solo me resta decirle, ¡Gracias Señor, por tanta bendición!
Por Edith Williams (Servidora de Dios)