Presididas por Marcelo y Beatríz de Criaco, una vez por año, las escuelitas dominicales se reúnen para "Celebrar a Cristo" en el Templo auditorio de la iglesia, con canciones, representaciones, danzas y diversas presentaciones. Cada escuelita, con sus encargados, su lema y su estandarte, hizo gala de su amor y gratitud a Jesús.
El evento es la coronación de cada año de trabajo entre niños de todas clases sociales, pero predominantemente de las clases bajas.
Muchos de ellos provienen villas miserias, asentamientos, barrios pobres, la mayoría de padres inconversos, por lo que, carecientes de amor, de oportunidades, de salud, de ejemplos, de buenos referentes, y de educación cristiana, encuentran en Jesús el sentido para sus vidas, y encuentran en la iglesia y en sus amigos cristianos la contención que por allí no tienen en su difícil contexto de vida.
Un ejemplo de esto es la iglesia de Longchamps, con sus encargados Miguel e Isabel Jiménez, que tienen una congregación de adolescentes, que fueron a la escuelita de niños, se criaron todos juntos, se cuidaron en Cristo los unos a los otros, y hoy están casi todos en la iglesia. ¡Dios bendiga el trabajo con los niños! ¡Damos gracias al Señor por tantos hermanos que dan mucho tiempo de sus vidas para que estos chicos conozcan y glorifiquen a Jesús!
Por Daniel García (Servidor de Dios)